La responsabilidad social del científico-técnico
El científico tiene una responsabilidad o competencia de orden cognoscitivo, mientras que el tecnólogo de orden operativo, lo que da origen a una dualidad y no a una integración en el modo que asumen la ciencia y responsabilidad, que ellas suponen para ambos profesionales.
J. R. Clark: citado por E. Roy y Ramírez y Mario Alfaro, en Ética, ciencia y Tecnología, afirma: "Hay dos mundos. El mundo de la investigación impersonal de causas y efectos y el mundo de los deseos, ideales y juicios de valor. Las ciencias naturales se ocupan del primero; la Ética del segundo."
El problema de la responsabilidad en la actividad científico y tecnológico es parte de la ética de la ciencia y tiene un carácter axiológico. La relación valorativa se da en todas las esferas de la actividad humana, y por tanto es también inherente a las ciencias. La importancia de la actividad valorativa radica en que revela el mecanismo de interacción entre la actividad práctica y la actividad cognoscitiva y el hombre valora para hacer más efectiva su práctica, y a la vez los valores guían la actividad humana en todas sus manifestaciones.
La actuación del profesional de la ciencia y la tecnología como ente valorativo se produce siguiendo esos principios axiológicos antes mencionados. En la ciencia encontramos el valor como guía de la investigación del científico, en tanto es el ideal científico de una época dada lo que lo inspira, sobre la base de las necesidades humanas y puede que su actuación en función de la obtención de los resultados de sus gestión investigativa o tecnológica sean para el progreso de la sociedad o el retroceso (para el bien o para el mal), lo que indica que actúe conforme a valores o antivalores. Una actuación responsable o irresponsable se manifiesta como expresión de la correlación de la necesidad y la libertad.
En la contemporaneidad la tendencia postmoderna sostiene que el individuo debe gozar de plena libertad y de posibilidades ilimitadas de elección, que establece su propio sistema de valores, donde nada es prohibido, ni normativo. El paradigma moral de esta posición está en una ética subjetivista, en la que solo vale el sujeto individual y sus intereses, donde el deber ser se orienta al individualización extrema, que solo importa la satisfacción de sus necesidades individuales.
Como se puede apreciar esta posición entraña un peligro para la producción científica cuyo actor tiene plena libertad para su creación sin compromiso moral, sin importarle cuales pudieran ser las consecuencias de sus actos para la sociedad o la humanidad.
Esta idea conduce a constatar una paradoja que aparece formulada con claridad por el científico ruso Pospelov, (1973) cuando dice: "El mundo de la ciencia auténtica es el mundo de la libertad del pensamiento humano. Pero aunque parezca paradójico, la destinación humana de las ciencias, relacionadas con los aspectos sociales de la utilización de sus resultados, introduce cierta limitación en esta libertad"
¿Hasta que punto es responsabilidad del científico el consumo de los resultados de su producción?
En el proceso de la producción y aplicación directa de la ciencia a la producción, distribución y consumo, están integrados los aspectos cosmovisivos y valorativos de la ciencia. Cualquier investigación o resultados de esta pueden resultar socialmente útiles si se realiza en condiciones favorables, y si coincide con los intereses finales de la ciencia y de la humanidad. Es indudable que los grandes descubrimientos, por ejemplos de física nuclear, tiene un valor incalculable para el hombre y para la sociedad, cuando el científico de esa ciencia trabaja en busca de la verdad y profundización del conocimiento humano sobre un vasto campo a la utilización de estos descubrimientos. Ahí se pone de manifiesto la responsabilidad de este científico como valor.
La ciencia se presenta como un valor o no: ciencia para algo, ciencia para alguien. A ella se le asigna determinado interés o importancia, se le orienta una u otra dirección, o simplemente se menosprecia. En cualesquiera de los caso se manifiesta una definida proyección valorativa de las clases sociales respecto a la misma, en la que se expresa la responsabilidad social o la irresponsabilidad y el científico o el tecnólogo no escapa de ella.
En su actividad, el científico asume una responsabilidad de carácter humano universal. Responde del pleno valor del "producto científico" elaborado por él; de él se espera una exigencia responsable moral y socialmente con respeto a los resultados, de corrección en el uso de los trabajos de sus colegas, severidad en el análisis y una sólida fundamentación en sus conclusiones. Es ingenuo pensar que las acciones y el comportamiento de un científico por separado repercutirán en el surgimiento transcurso de una u otra crisis.
La ciencia no puede regularse solo en el ámbito ético, su capacidad de control ético no lo resuelve todo. Los principios éticos de la ciencia no pueden considerarse aisladamente de las demás formas de su orientación axiológica, ante todo de los factores sociales diferentes y a veces contrarios en el capitalismo y el socialismo. En la actualidad se necesita un control más eficaz sobre el cumplimiento de las orientaciones, códigos y acuerdos socios éticos y jurídicos ya aprobados que penetran y sustentan la responsabilidad del profesional de la ciencia.
La responsabilidad social del científico es una preocupación de toda la humanidad. Se piensa mucho en los deberes y obligaciones morales de los profesionales de la ciencia y la tecnología y de todos aquellos (intelectuales), que de una forma u otra, están asociados y tiene que ver directa e indirectamente con el consumo y manipulación del progreso científico-técnico.
El científico se encuentra en una contradicción cuando se enfrenta con el problema de su responsabilidad. Por una parte tiene el compromiso de la búsqueda objetiva de la verdad y de su relatividad, pero por otra, está encadenado a las clases dominantes mediante la organización de su trabajo. Su trabajo no depende de él solo, sino de una comunidad científico, deproyectos, los cuales emanan de instituciones, del Estado y su política científica, etc. Esa contradicción debe ser resuelta a favor del progreso de la vida en su totalidad y en muchos casos no es así como se puede observar en la actualidad.
La ciencia y la tecnología actual no suelen actuar precisamente como agentes niveladores, del mismo modo que otras innovaciones del pasado como la radio o los antibióticos, sino que tienden más bien a hacer a los ricos más ricos y a los pobres más pobres, acentuando la desigual distribución de la riqueza entre clases sociales y naciones y eso constituye una de las responsabilidades más grande que tienen las políticas científicas gubernamentales.
Sólo una pequeña porción de la humanidad puede permitirse el lujo de un teléfono celular o un ordenador conectado a Internet. Las tecnologías armamentísticas siguen siendo tan rentables como en tiempos de la guerra fría. La ciencia y la tecnología actual son desde luego muy eficaces, el problema es si sus objetivos son socialmente valiosos.
La ciencia aplicada y la tecnología actual está en general demasiado vinculada al beneficio inmediato, al servicio de los ricos o de los gobiernos poderosos, por decirlo de un modo claro. Sólo una pequeña porción de la humanidad puede permitirse sus servicios e innovaciones. Podemos preguntarnos cómo van a ayudarnos cosas como los aviones supersónicos, lacibernética, la televisión de alta definición o la fertilización in vitro, a resolver los grandes problemas sociales que tiene planteada la humanidad: comida fácil de producir, casas baratas, atención médica y educación accesible.
El desafío de nuestro tiempo es abrir paso a la comprensión y la participación pública. Abrir, en suma, la ciencia a la luz pública y a la ética. Esa es una responsabilidad de toda la humanidad, una voluntad política en la que se viene tratando en los eventos científicos internacionales, en los foros, en la educación, etc.Este es el nuevo contrato social que se reclama en foros como el del Congreso de Budapest, el objeto de la renegociación de las relaciones entre ciencia y sociedad: ajustar la ciencia y la tecnología a los estándares éticos que ya gobiernan otras actividades sociales, democratizarlas, para estar entonces en condiciones de influir sobre sus prioridades y objetivos, reorientándolos hacia las auténticas necesidades sociales, es decir, aquellas necesidades que emanen de un debate
La educación CTS.
La democracia presupone que los ciudadanos, y no sólo sus representantes políticos, tienen la capacidad de entender alternativas y, sobre tal base, expresar opiniones y, en su caso, tomar decisiones bien fundadas sobre ciencia, tecnología, sus resultados y consumos. En este sentido, el objetivo de la educación en CTS, tanto en el ámbito educativo y de formación pública, es la alfabetización para propiciar la formación de amplios segmentos sociales de acuerdo con la nueva imagen de la ciencia y la tecnología que emerge al tener en cuenta su contexto social.
Los enfoques en CTS también aspiran a que la alfabetización contribuya a motivar a los estudiantes en la búsqueda de información relevante e importante sobre las ciencias y las tecnologías de la vida moderna, en la perspectiva de que puedan analizarla y evaluarla, reflexionar sobre esta información, definir los valores implicados en ella y tomar decisiones al respecto, reconociendo que su propia decisión final esta asimismo inherentemente basada en valores (Cutcliffe, 1990)
Los estudios y educación CTS, precisamente permiten obtener un cambio de la imagen que se tiene de la ciencia y la tecnología, es necesario una renovación tanto en contenidos curriculares como en metodología y técnicas didácticas. En este sentido se han desarrollado los programas educativos CTS, implantados en la enseñanza superior de numerosas universidades desde finales de los años 60 hasta la actualidad
En este ámbito de la enseñanza superior, los programas CTS suelen ofrecerse como especialización de postgrado (cursos, diplomaturas, Master) o complemento curricular pregrado para estudiantes de diversas procedencias. Se trata, por un lado, de proporcionar una formación humanística básica a estudiantes de ingenierías y ciencias naturales. El objetivo es desarrollar en los estudiantes y en todos aquellos intelectuales y profesionales una sensibilidad crítica acerca de los impactos sociales y ambientales derivados de las nuevas tecnologías o la implantación de las ya conocidas, transmitiendo a la vez una imagen más realista de la naturaleza social de la ciencia y la tecnología, así como del papel político de los expertos en la sociedad contemporánea.
La educación CTS permite cultivar ese sentido de responsabilidad social de los sectores vinculados con el desarrollo científico-tecnológico y la innovación. En Cuba la educación de este problemacobra fuerza. El sentido del deber, la honestidad, el desinterés y otros valores, requieren ser potenciados, inspirado en los principios de nuestra ética revolucionaria, que emana del ideal de José Martí, Ernesto Guevara, Fidel Castro, Raúl y otros grandes paradigmas revolucionarios, sustentados en la justicia, equidad, la igualdad y la solidaridad, etc. Razones éticas son las que explican el camino tomado por nuestra Revolución.
En el código sobre la Ética profesional de los trabajadores de la ciencia en Cuba, se han plasmado los principios y normas éticas más generales que presiden el quehacer científico en el país, donde se reafirma la responsabilidad social que deben ser de estos trabajadores.
En Cuba se trabaja no solo por crear una conciencia acerca del enorme desafío científico y tecnológico que enfrenta el mundo subdesarrollado sino que se viene promoviendo además, estrategias en los campos de la economía, la educación, además de la política científica y tecnológica que orienta ofrecer respuestas efectivas a ese desafío, para los cuales los estudios CTS renovados pueden ser de gran util.
Conclusiones
- Los resultados del progreso científico-técnico ofrecen posibilidades para el empleo racional y en prejuicio del hombre, la sociedad y la naturaleza. Ante los diversos problemas que trae la ciencia y la tecnología para la humanidad se necesita una ética, la de la responsabilidad social.
- La responsabilidadsocial de los profesionales de la ciencia y la tecnología y de todos aquellos sectores sociales afines forma parte de una nueva conciencia que se necesita educar en la actualidad, la que constituye un reto para la educación en sentido general y el en particular para las instituciones universitarias y la sociedad en general
- En la actualidad la educación de la responsabilidad social y moral de los profesionales de la ciencia y la tecnología implica desarrollar el debate, la democratización de la ciencia y la tecnología, que tenga en cuenta la justicia social y la equidad para millones de persona que están excluidos en la accesibilidad de portentosos logros del progreso científico-técnico en el contexto actual
AUTOR
http://www.monografias.com/trabajos85/responsabilidad-social-del-profesional-ciencia-y-tecnologia/responsabilidad-social-del-profesional-ciencia-y-tecnologia.shtml#ixzz4yuAp7Rao
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